1. Flexibilidad: si tu sector te lo permite, olvídate de
imponer horarios fijos. A más flexibilidad más lealtad, el 55% de los
trabajadores que está en empresas flexibles declara permanecer en la misma
empresa más de cinco años, según la Encuesta Millennial 2018 de Deloitte. Un ejemplo claro ocurrió con NETFLIX (Richard Branson).
2. Trabajo por OKR/KPI: deja de contar horas y evalúa resultados. Trabajar por
objetivos motiva al equipo, haciéndolo partícipe en todo momento, y permite
tener una hoja de ruta más clara con tareas concretas y tiempos de
ejecución.
3. Formación flexible: facilita la formación a tu equipo. Dado que la sociedad
avanza a pasos agigantados debemos estar en constante formación. Ahora bien,
quizá las formaciones internas no son la mejor fórmula para todos. Intenta
ofrecer un abanico de posibilidades, desde workshops, bibliografía,
cursos online hasta masters, para que cada persona escoja la que más le
convenga.
4.Convierte la tecnología
en tu mejor amiga: aprovecha todas las ventajas que nos ofrece e
incorpórala al máximo en tus rutinas de trabajo. Alíate con ella para que te
ayude, por ejemplo, a automatizar procesos. De esta manera, podrás liberar
cargas de trabajo y dedicar todo tu potencial a aquellas tareas más
complejas. Otro ejemplo lo tenemos durante la cuarentena del COVID-19. Las empresas que han optado por el teletrabajo ha sido un plus para el empleado.
5.Comunicación y
relaciones humanas: por muy tecnológica que sea tu compañía,
necesitamos interacciones humanas. Esfuérzate por conectar con tu equipo y
promueve dinámicas y actividades que obliguen al equipo a conocerse. Hay muchas
opciones: comidas de equipo, retreats, actividades de teambuilding,
clases de deporte…
Estas son solo cinco propuestas modestas
para empezar el cambio pero soy consciente que existen muchas más. Lo
importante es empezar por algo, lanzarte sin miedo y mejorar.